Loading...

Personajes: Un gigante de roca, un zorro de fuego
Contexto y Escenario: En una pradera infinita donde las colinas cambian de forma.

El Gigante de Roca y el Zorro de Fuego

En una pradera infinita, donde las colinas cambiaban de forma como un sueño, vivía un gigante de roca llamado Grizante. Era un ser inmenso, con piel hecha de piedras brillantes, y su corazón latía con el eco de los siglos. Aunque era fuerte, Grizante se sentía solo, ya que nadie se atrevía a acercarse a él.

Un día, mientras las colinas danzaban al ritmo del viento, apareció un pequeño zorro de fuego llamado Luma. Sus llamas danzaban alegremente, iluminando la pradera con un brillo cálido y acogedor. A diferencia de los demás, Luma no temía a Grizante; en cambio, lo observaba con curiosidad.

“¿Por qué no te mueves, gigante de roca?” preguntó Luma con su voz chispeante.

“No tengo a nadie con quien jugar,” respondió Grizante con un susurro resonante.

Luma se reflexionó por un instante, entonces tuvo una idea brillante. “Podemos jugar juntos. Te enseñaré a danzar como las colinas.”

El gigante, aunque dubitativo, aceptó. Luma comenzó a dar vueltas y a saltar entre las rocas, alentando al gigante a unirse. Grizante, poco a poco, comenzó a mover sus pesados brazos, creando un ritmo que resonaba en toda la pradera. Juntos, se movieron, y las colinas se transformaron a su alrededor, ondulando en colores vibrantes.

Desde aquel día, Grizante dejó de sentirse solo, y la pradera se convirtió en su hogar lleno de alegría. Comprendió que la amistad podía romper cualquier barrera, incluso la más dura de todas: la soledad.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.

Este cuento es de la categoría: Amistad
Imágenes y textos creados mediante IA.



La amistad puede iluminar incluso los corazones más solitarios.

Descargar como PDF