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Personajes: Un mago, un dragón
Contexto y Escenario: En una cueva de cristal que refleja los pensamientos.

El Mago y el Dragón en la Cueva de Cristal

Había una vez un mago llamado Eldrin que vagaba por tierras mágicas en busca de sabiduría. Un día, se enteró de una cueva de cristal en las montañas más altas, un lugar que reflejaba los pensamientos más profundos de quien entraba en ella. Curioso, Eldrin decidió explorarla.

Al llegar, encontró una entrada brillando con destellos de luz. Al entrar, se sintió rodeado por mil reflejos, cada uno mostrando un pensamiento diferente: sus miedos, sus sueños, y sus recuerdos. En el centro de la cueva, se encontró con un dragón de escamas resplandecientes que dormitaba. Su presencia emanaba una calma inmensa.

Sorprendido, el mago se acercó y, al ver su propio reflejo en la piel del dragón, comprendió que el dragón no solo era una criatura de fuego, sino también un guardián de pensamientos y emociones. Con voz suave, el dragón le dijo: “Cada reflejo que ves es parte de ti. Enfrentar nuestros pensamientos es el primer paso para encontrarnos a nosotros mismos”.

Impulsado por la sabiduría del dragón, Eldrin comenzó a meditar en la cueva, mirando cada uno de sus reflejos. Con cada pensamiento que confrontaba, se sentía más ligero, más en paz. Después de un tiempo, agradeció al dragón y salió de la cueva transformado, llevando consigo una nueva perspectiva de la vida.

Desde aquel día, el mago entendió que la verdadera magia radica en aceptar nuestros propios pensamientos y sentimientos, abriendo así el camino hacia la sabiduría y la paz interior.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.

Este cuento es de la categoría: Fantasía
Imágenes y textos creados mediante IA.



La verdadera sabiduría proviene de confrontar y aceptar nuestros pensamientos más profundos.

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