Personajes: Un dragón, un caballero
Contexto y Escenario: En una isla que aparece solo bajo la luz de la luna llena.
Había una vez, en un reino lejano, una isla mágica que solo aparecía bajo la luz de la luna llena. En esta isla vivía un dragón dorado llamado Aureliano, conocido por su belleza y su sabiduría, pero también por su soledad.
Un día, un valiente caballero llamado Elías decidió aventurarse hacia la isla, atraído por las historias del dragón. Con su armadura brillante y su espada en mano, llegó justo cuando la luna llena iluminaba el mar.
Al tocar la arena de la isla, Elías se sintió sorprendido por el esplendor del lugar. Sin embargo, al ver a Aureliano, su corazón se llenó de dudas. ¿Era el dragón un amigo o un enemigo? Pero Aureliano, al notar la presencia del caballero, se acercó con una sonrisa.
“No temas,” dijo el dragón, “no estoy aquí para causar daño. La soledad me ha acompañado tanto tiempo que anhelo una buena conversación”. Elías, asombrado por la amabilidad del dragón, decidió sentarse junto a él en un claro iluminado por la luna.
Durante la noche, compartieron historias, risas y sueños. El caballero aprendió que Aureliano solo quería compañía y que su apariencia aterradora solo ocultaba un corazón noble. Al final de la velada, Elías se dio cuenta de que la verdadera valentía no siempre es luchar, sino entender y aceptar a los demás.
Con el primer rayo del sol, la isla comenzó a desvanecerse. Elías prometió regresar cada luna llena para hacerle visita a su nuevo amigo, y Aureliano se sintió menos solo que nunca.
La verdadera valentía radica en la comprensión y la empatía hacia los demás.