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Personajes: Un gnomo, un sapo
Contexto y Escenario: En un jardín donde los árboles cantan canciones antiguas.

El Jardín de los Cánticos

En un mágico jardín donde los árboles cantan canciones antiguas, vivía un gnomo llamado Tobías. Su cabello rojo como el fuego y su barba blanca lo hacían parecer un pequeño anciano. Tobías pasaba sus días cuidando las flores y escuchando las melodías que el viento traía desde lo más profundo de los árboles.

Un día, mientras regaba las plantas, conoció a un sapo llamado Bruno, que se escondía detrás de un hinojo. Bruno era muy curioso y no podía resistir la tentación de preguntar sobre las canciones que llenaban el aire.

“¿Por qué los árboles cantan?” preguntó Bruno con voz temblorosa.

“Porque tienen historias que contar,” respondió Tobías con una sonrisa. “Cada hoja tiene un recuerdo y cada rama, una melodía.”

Intrigado, Bruno decidió que quería conocer esas historias. “¿Me enseñarías a escucharlas?”

El gnomo asintió y, juntos, se sentaron bajo el gran roble del centro del jardín. Cerraron los ojos y dejaron que el canto de los árboles llenara su ser. Las melodías les susurraron historias de tiempos antiguos, de risas, lágrimas y aventuras olvidadas.

Desde ese día, Bruno y Tobías se volvieron amigos inseparables. Cada tarde, se sentaban juntos a escuchar las canciones del jardín, aprendiendo de ellas y recordando que hay mucho que entender en el silencio y la música de la naturaleza.

Así, en un rincón mágico del mundo, un gnomo y un sapo se convirtieron en guardianes de las antiguas historias, recordándole a todos que la verdadera sabiduría se encuentra en escuchar y aprender de lo que nos rodea.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.

Este cuento es de la categoría: Naturaleza
Imágenes y textos creados mediante IA.



La sabiduría se encuentra en la escucha y en aprender de la naturaleza que nos rodea.

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