Personajes: Un dragón, un hada
Contexto y Escenario: En un castillo de fuego que nunca se apaga.
En un lejano reino, había un castillo construido en llamas eternas, su brillo iluminaba la noche y su fuego nunca se apagaba. En este castillo vivía un dragón llamado Firón, que, a pesar de su apariencia temible, tenía un corazón amable y soñador.
Cada día, Firón soñaba con volar más allá de su castillo y ver el mundo, pero siempre se sentía impotente por su cadena de fuego. Un día, cuando el sol comenzaba a ocultarse tras las montañas, apareció una pequeña hada llamada Lira, que brillaba como una estrella.
-Hola, Firón -dijo Lira con una voz suave-. He venido a ayudarte. Este lugar está lleno de belleza, pero también de soledad. ¿Por qué no exploras el mundo fuera de estas llamas?
Firón suspiró. -Me gustaría, pero no sé cómo escapar de este castillo.
-Yo puedo ayudarte -respondió Lira-. Con mi magia, desataré tus cadenas, pero deberás ser valiente y confiar en ti mismo.
Con un movimiento de su varita, Lira hizo que las cadenas de fuego del dragón desaparecieran. Firón sintió una oleada de libertad y se elevó en el aire, volando alto sobre la tierra. Vio campos verdes, ríos cristalinos y montañas majestuosas que nunca había imaginado.
Al caer la noche, Firón regresó al castillo, sintiéndose agradecido. Lira había iluminado su mundo y le había enseñado que a veces, el miedo y la soledad pueden desvanecerse con una chispa de coraje y amistad.
Y así, Firón y Lira se volvieron grandes amigos y juntos exploraron muchos lugares, descubriendo que la verdadera belleza está no solo en la libertad, sino también en la compañía.
La valentía y la amistad pueden liberarte de tus cadenas y abrirte a nuevas aventuras.