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Personajes: Un unicornio, un dragón, un elfo
Contexto y Escenario: En una ciudad de cristal que resplandece al atardecer.

El Brillo de la Amistad

En una ciudad de cristal que resplandece al atardecer, un unicornio llamado Lúmina paseaba por las calles llenas de luces danzantes. Su cuerno brillaba con un destello mágico, reflejando los colores del cielo.

Un día, Lúmina se encontró con un dragón llamado Tiamat, que volaba bajo, iluminando los cristales con su aliento de fuego. Aunque Tiamat era grande y temido por algunos, Lúmina vio la tristeza en sus ojos.

- Hola, dragón - dijo Lúmina con su voz suave -. ¿Por qué luces tan apagado?

Tiamat suspiró. - Todos me ven con miedo y nunca nadie quiere jugar conmigo. Siempre estoy solo.

Movida por la tristeza de Tiamat, Lúmina propuso: - ¿Qué tal si hacemos algo juntos? Te enseñaré a volar sobre la ciudad.

Así, Tiamat, con su enorme alas y Lúmina, con su gracia, se elevaron por los cielos, creando formas en el aire. Justo en ese momento, un elfo llamado Elian, que veía desde una de las torres de cristal, decidió unirse a ellos. Con su agilidad, saltó y se unió a la diversión.

Poco a poco, los habitantes de la ciudad comenzaron a salir de sus casas, atraídos por la risa y el espectáculo. Con el tiempo, los tres se convirtieron en grandes amigos y enseñaron a todos que no importa cuán diferentes seamos, siempre hay un lugar para la amistad en el corazón.

Desde entonces, el dragón no volaba solo, el unicornio no caminaba aislado, y el elfo nunca más se sentía solitario. Juntos, llenaron la ciudad de cristal con risas y aventuras eternas.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.

Este cuento es de la categoría: Amistad
Imágenes y textos creados mediante IA.



La amistad puede florecer en los lugares más inesperados, y ser diferente es lo que nos hace especiales.

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