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Personajes: Un dragón, un gnomo
Contexto y Escenario: En un desierto de espejos donde nada es lo que parece.

El Dragón y el Gnomo en el Desierto de Espejos

En un desierto de espejos donde el sol danzaba sobre la arena como un espectro, vivía un dragón llamado Drago. Era un dragón imponente, con escamas que reflejaban los colores del arcoíris. Sin embargo, Drago se sentía solitario en ese lugar engañoso, donde cada sombra parecía un amigo.

Cerca de allí, un gnomo llamado Gnomino merodeaba entre las ilusiones del desierto. Era pequeño, con un sombrero puntiagudo y una gran curiosidad. Gnomino siempre había escuchado historias de dragones, pero nunca había visto uno en persona.

Un día, el destino quiso que sus caminos se cruzaran. Drago, exhausto de volar, se posó en una de las dunas de espejos y, al hacerlo, un reflejo reveló al gnomo escondido detrás de una piedra. Gnomino, emocionado y temeroso, se acercó.

- ¿Eres de verdad o solo una ilusión? - preguntó el gnomo con voz temblorosa.

- Soy real, pero también soy parte de este desierto engañoso - respondió Drago, que miró con curiosidad al pequeño ser.

Ambos comenzaron a hablar, y poco a poco, la soledad del dragón se fue disipando. Drago le contó sobre su vida, las nubes que cruzaba y las estrellas que podía tocar. Gnomino, a su vez, reveló los secretos del desierto, enseñándole a ver más allá de las apariencias.

Al caer la noche, ambos amigos comprendieron que en el desierto de espejos, aunque las cosas pudieran parecer diferentes, la amistad verdadera brillaba con más fuerza que cualquier reflejo.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.

Este cuento es de la categoría: Fantasía Infantil
Imágenes y textos creados mediante IA.



La verdadera amistad se encuentra más allá de las apariencias.

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