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Personajes: Un dragón, un caballero, un hada
Contexto y Escenario: En una cueva escondida donde el tiempo se detiene.

El Dragón y el Caballero en la Cueva del Tiempo

Había una vez un dragón llamado Drago que vivía en una cueva escondida, donde el tiempo se detenía. Su escamas brillaban al reflejar las luces de cristales mágicos que adornaban las paredes de su hogar. Drago no era un dragón malo; de hecho, anhelaba compañía, pero todos le temían.

Cerca de la cueva vivía un caballero llamado Sir Alden, conocido por su valentía y nobleza. Un día, mientras exploraba el bosque, escuchó rumores sobre la cueva y el dragón. Sin dudarlo, decidió aventurarse y descubrir la verdad detrás de los mitos.

Al entrar en la cueva, el tiempo parecía detenerse. Los segundos se alargaban y los ecos de sus pasos resonaban suavemente. Justo cuando estaba a punto de caer en la desesperanza, conoció a un hada llamada Lira, que revoloteaba entre los cristales.

- ¡No tengas miedo, valiente caballero! - dijo Lira. - El dragón no es lo que parece. Él busca amistad y no guerra.

Con la guía de Lira, Sir Alden se acercó a Drago. El dragón, sorprendido por la valentía del caballero, se mostró amistoso. Pronto, los dos entablaron una conversación. Drago le contó sus sueños de volar y ser libre.

El caballero, tocado por la historia del dragón, decidió ayudarle. Juntos, idearon un plan para que Drago pudiera volar, convirtiendo la cueva en un lugar de alegría y amistad. Comprendieron que la verdadera valentía no reside en la fuerza, sino en entender y aceptar lo diferente.

Desde aquel día, la cueva dejó de ser un lugar temido, convirtiéndose en un refugio de amistad y magia, donde el tiempo permanecía intacto, retando a todos a encontrar lo extraordinario en lo desconocido.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.

Este cuento es de la categoría: Fantasía
Imágenes y textos creados mediante IA.



La verdadera valentía radica en la comprensión y la aceptación de los demás, más allá de las apariencias.

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