Personajes: Un niño, un perro, un gato, un ratón, un loro
Contexto y Escenario: En una casa abandonada, el niño, el perro, el gato, el ratón y el loro descubren un baúl lleno de juguetes mágicos.
Una tarde, un niño llamado Lucas decidió explorar una casa abandonada junto a su leal perro, Max. Juntos, se aventuraron hasta el fondo de un viejo jardín cubierto de maleza, donde encontraron una puerta ajada que chirriaba al abrirse.
Dentro, el polvo y las telarañas dominaban el lugar, pero Lucas podía sentir que algo mágico lo esperaba. De repente, un pequeño gato llamado Mimi se unió a ellos, persiguiendo un ratón travieso que se escabullía entre las sombras.
Cuando el niño se acercó a una esquina oscura, descubrió un baúl enorme, decorado con extraños símbolos. “¡Mira esto!”, exclamó Lucas con ojos brillantes. Abrió el baúl y, para su sorpresa, encontró juguetes que brillaban y vibraban con energía.
Había un camión que podía volar, muñecas que contaban historias y un balón que nunca se desinflaba. Max ladró de emoción, mientras Mimi observaba curiosa. Justo entonces, un loro llamado Paco apareció volando y se posó sobre el baúl.
“¡Todo esto es mágico!”, chilló Paco con su característica risa. “Pero recuerden, la verdadera magia no está en los juguetes, sino en la amistad y en cómo juegan juntos”.
Inspirados por las palabras de Paco, Lucas, Max, Mimi y el ratón decidieron compartir los juguetes y jugar juntos. Se reían, corrían y disfrutaban del momento, convirtiendo la oscura casa en un lugar lleno de alegría y risas.
Así, el baúl no solo trajo magia a sus juegos, sino que fortaleció su amistad, recordándoles que lo más importante no son los objetos, sino los momentos compartidos.
La verdadera magia se encuentra en la amistad y en los momentos que compartimos con los demás.