La Puerta al Reino Escondido
Personajes: Una niña, un hada, un duende, un unicornio
Contexto y Escenario: En un jardín secreto, la niña, el hada, el duende y el unicornio encuentran una puerta hacia un reino escondido.
La Puerta al Reino Escondido
Había una vez una niña llamada Clara que descubrió un jardín secreto tras su casa. En aquel lugar mágico, las flores brillaban con colores intensos y los árboles susurraban melodías suaves. Un día, mientras exploraba, Clara se encontró con un hada diminuta y radiante.
"Hola, Clara", dijo el hada con voz melodiosa. "He estado esperándote. Este jardín guarda un secreto que solo los valientes pueden descubrir".
Intrigada, Clara siguió al hada hasta un rincón oculto, donde un duende pequeño y travieso jugaba con mariposas. "¡Bienvenida!", exclamó el duende. "Aquí tenemos una puerta mágica que conduce a un reino escondido. Solo los que tienen un corazón puro pueden cruzarla".
Clara miró la puerta, hecha de brillantes hojas doradas. Fue entonces cuando un majestuoso unicornio apareció, su cuerno relucía con luz. "¿Te gustaría ver lo que hay más allá?", le preguntó con una voz suave como el viento.
Clara asintió con entusiasmo. Juntos, sosteniendo las patas del unicornio, abrieron la puerta y el jardín se transformó en un mundo lleno de criaturas fabulosas y maravillas sin fin. Era un lugar donde la amistad y la imaginación eran los reyes.
Después de un día lleno de aventuras, Clara sabía que debía regresar a casa. "Recuerda, siempre lleva en tu corazón la magia de la amistad y la curiosidad", le dijo el hada al despedirse, mientras el duende le guiñaba un ojo.
Clara salió del jardín con su corazón lleno de alegría, sabiendo que siempre podría regresar a su pequeño reino escondido.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Generado con IA, prompt por Fernanda Moya.
Este cuento es de la categoría: Aventura y Fantasía
Imágenes y textos creados mediante IA.
La verdadera magia se encuentra en la amistad y en mantener viva la curiosidad.
