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Personajes: La ratita, los pretendientes (gallo, perro, gato, etc.). Contexto: Una ratita que encuentra una moneda se embellece para buscar pretendientes, pero su vanidad la mete en problemas.

La Ratita Presumida

Había una vez una ratita muy presumida que encontró una moneda y decidió comprar un lazo hermoso para adornar su cabeza. Se sintió tan bonita que comenzó a presumir de su apariencia.

Un día, mientras paseaba, se encontró con varios animales que intentaron cortejarla. Primero, un gato le pidió que se casara con él, pero la ratita, vanidosa, rechazó al gato, ya que no le parecía lo suficientemente apuesto.

A continuación, un perro se acercó, pero ella volvió a despreciarlo. Luego, un gallo la buscó, y como todos los demás, no logró conquistarla. La ratita seguía buscando al pretendiente perfecto.

Un día, conoció a un elegante ratón que la impresionó. Tenía todo lo que ella deseaba: era guapo, rico y educado. Decidió que este era el pretendiente que había estado esperando.

Sin embargo, la ratita se olvidó de ser cautelosa. Mientras se preparaba para su boda, el ratón, que en realidad era un astuto cómplice del gato, la engañó y la llevó a su casa. Allí, el gato la estaba esperando.

La ratita, al darse cuenta del peligro, intentó escapar, pero ya era demasiado tarde. El gato la atrapó. Aprendió una valiosa lección sobre la importancia de no juzgar a otros por su apariencia y de ser más cautelosa antes de confiar en extraños.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Charles Perrault, Texto adaptado por IA.

Este cuento es de la categoría: Cuentos Tradicionales
Imágenes y textos creados mediante IA.



No todo lo que brilla es oro; hay que ser cauteloso y no dejarse llevar solo por las apariencias.

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