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Personajes: El pescador, su esposa, el pez dorado. Contexto: Un pescador captura un pez dorado que concede deseos, pero su esposa se vuelve codiciosa y pierde todo.

El Pez Dorado

Había una vez un pescador pobre que, un día, atrapó un pez dorado. Este pez le prometió cumplirle tres deseos, si lo dejaba libre. El pescador, emocionado, decidió liberar al pez, pero no pidió nada en ese momento.

Al llegar a casa, le contó a su esposa lo sucedido. Ella, deseando mejorar su vida, le pidió que regresara y pidiera una casa. El pescador volvió a la orilla y, tras llamar al pez, le solicitó una casa. ¡Y así fue! De la noche a la mañana, tenían una hermosa casa.

Con el tiempo, la esposa del pescador siguió pidiendo más: una casa más grande, y luego ser una reina. En cada ocasión, el pez dorado cumplía sus deseos, pero la ambición de la mujer no conocía límites.

Finalmente, su último deseo fue ser diosa. Cuando el pescador fue a hacer esa petición, el pez dorado ya no pudo más y, en lugar de concederle el deseo, lo devolvió a su vida anterior: la pobreza y la simplicidad. La mujer se encontró de nuevo en su vieja casa, y comprendió que su avaricia la había llevado a perderlo todo.

El pescador, ahora sabio, abrazó su vida simple y aprendió a valorar lo que tenía. Desde entonces, vivió feliz, en paz con lo que la vida le ofrecía.


Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo pasamos por un zapatito roto... y mañana te cuento otro.
Autor: Hermanos Grimm, Texto adaptado por IA.

Este cuento es de la categoría: Cuentos Tradicionales
Imágenes y textos creados mediante IA.



La avaricia puede llevar a la pérdida de lo que ya poseemos; es importante valorar lo que tenemos y ser agradecidos.

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